Hoy quiero hablarte de otra herramienta maravillosa para mi, la disciplina positiva (DP). La conocí de manos de Bei a través de su blog, y decidí hacer éste curso suyo. Recientemente he visto a su mentora, Marisa Moya en ésta charla, te animo a que le eches un vistazo si no conoces nada de disciplina positiva.
Para mí la DP supuso un antes y un después en mi relación con el mundo y sobre todo en mi forma de estar en él. Me di cuenta de que para criar a mis hijes como yo quería, primero me tenía que criar a mi. Es algo duro, y que lleva su tiempo. De un día para otro es complejo tratarnos con amabilidad y respeto, siendo firmes al mismo tiempo. Pues imaginaos lo que nos costará hacerlo con les peques si no somos capaces casi ni de intentarlo con nosotras mismas.

Así me armé de valor y junto a mi pareja me embarqué en la aventura de ser mejores para nosotros mismos. Descubrimos otra forma de tratarnos al descubrir otra forma en la que queríamos ser tratados. Comenzamos a tratar de conectar, de empatizar. Con ésto surgió el respeto. Y nos ha ido llevando a otras herramientas. A mi por ejemplo me ha conducido a la comunicación no violenta. Y al trabajo con mi herida primaria (os lo cuento es otra entrada próximamente).
Lo que creíamos que hacíamos por nuestres hijes, en realidad debíamos hacerlo primero por nosotres. Y puedo decir que darnos cuenta de ello nos está salvando como familia, como responsables de nuestras hijes, como pareja y como personas.
Desde mi perspectiva es urgente que aliviemos nuestras cargas y seamos capaces tratarnos con amabilidad. Sólo así podremos ver y ser el amor que necesita el mundo. Todo es posible con amor.
Encarna Llor