La noche del equinoccio me desperté de madrugada para que mi hije menor pudiese tomar un poco de teta sin levantarnos ningune de la cama.
Mientras dormía de nuevo a la teta yo me puse a meditar y llegó a mi un aceite esencial a través de mi animal de poder más potente.
Decidí no apuntar nada y me volví a dormir.
Nos levantamos a media mañana, almorzamos juntes pan tostado con aceite de oliva, café y tortitas de maíz con aguacate aplastado.
Después mi pareja se ocupó de les peques y de hacer algo de batch cooking mientras yo trabajaba. Hasta que nos reunimos de nuevo para comer.
Al preparar el café de la sobremesa mi compañere me preguntó si podía difundir el aceite esencial de jengibre. Y yo me quedé alucinada. ¡Era justamente el aceite esencial que me había traído mi animal de poder por la noche!
Hemos pasado la tarde calentites jugando a unicornio destello, viendo la tercera parte de «cómo entrenar a tu dragón», comiendo tortitas de crema de cacahuete y plátano y probando una mezcla de aceites esenciales muy rica, madera de cedro, jengibre y espíritu navideño.
Si quieres saber más sobre éstos aceites esenciales, reserva una cita conmigo para resolver todas tus dudas.
Te abrazo,
Encarna Llor